Faros de luz que permiten cerrar con broches de oro cualquier visita a Mao, la ciudad de los bellos atardeceres, es un
ardiente romance entre el sol que besa la tierra y el regadío natural que sopla
sus partos de arroz y banano. Mao, voz indígena que significa “tierra entre
ríos” es un galanteo eterno entre la tradición y heroicidad con sus activas
venas comerciales y el bateo y corrido del entretenimiento.
El municipio cabecera de la provincia Valverde, desde donde se aprecia el
más espléndido y generoso crepúsculo, es el único lugar del país que pinta de
rojizo la llanura hasta abrazarse con el azul del cielo. ¡Ah! Es la puerta de
entrada a la Línea Noroeste que alimenta de chivo guisado y al horno a sus
visitantes.(http://listindiario.com/el-norte/2009/10/22/118996/Mao-atardecer-entre-los-rios)
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