jueves, 20 de junio de 2013

El grato sabor maeño


Si vas a Mao y no comes chivo ¿a qué fuiste? Anota la pista, detrás de un caserón viejo, en una cocina limpísima se guarece el demandado sazón del chivo criollo y raciones de mondongo.
 
En una sencilla enramada de madera, donde se acomodan militares de varias rayas, se sirven las recetas de doña Celeste Rosario Rodríguez, en cuyo comedor no falta el potecito de agrio y los caldos “levantamuertos” de “pata de vaca” que hacen sudar a generales. En la brega de la cocina Celeste lleva cuarenta años. En su cocina no hay espacio para reguero ni sucio. 

Pacientemente quita la grasa al mondongo que a su juicio viene a comerse “gente apeada de un avión de Nueva York”.  Maeña de nacimiento, doña Celeste alaba la hermandad que no ha dejado morir la gente de su tierra. ¡Ah! si anda en “bola” y lo dejan, no se lamente, pues los autobuses identificados con el letrero “Bello atardecer” le regresan velozmente.

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